Alieh Jaafar, una niña de 22 años con síndrome de Down, ha visto su vida completamente cambiada desde que entró en contacto con la asociación. Ella, quien se graduó recientemente, encontró la manera de sentirse parte de la vida colectiva de su comunidad.
Gran parte de su tiempo se dedica a ayudar a los niños de la escuela primaria Al-Sadegh que asisten a la mezquita de la asociación después de la escuela.
Roxana Hamani, cuya hija, Soraya, sufre de autismo y tiene los mismos problemas que Alieh, dijo que no se sentía sola porque los voluntarios del centro cuidan a su hija con tanta paciencia.